Si estuvieras leyendo este post hace apenas 5 años muy poca gente sería capaz de explicarte de que se trata. El suelo pélvico, se conoce como un grupo de estructuras que forman el suelo de toda nuestra cavidad abdominal.
Todas ellas se encargan de recibir la carga y actuar como si de un arco románico se tratara, evitar que todo colapse y no tenga una superficie sobre la que apoyarse.
Este complejo sistema tiene diferencias entre hombres y mujeres por una cuestión biológica.
Si preguntáramos a una muestra de la sociedad la mayoría de la gente que conociera el tema los relacionaría con la fase de postparto en mujeres, pero… tengo algo que decirte, no es el único momento.
Obviamente el postparto, es una de las situaciones donde el suelo pélvico más puede sufrir, pero para ello es importante tanto una prevención como un control posterior. Durante el parto el canal vaginal aumenta y en ocasiones se producen lesiones que pueden afectar a nuestra vida tanto social, sanitaria como sexual, por eso es importante revisar y controlar el suelo pélvico.
Pero, como antes te decía no es un problema exclusivo de las mujeres. El suelo pélvico también está relacionado con múltiples disfunciones sexuales así como los posibles efectos secundarios de actuaciones médicas en la zona, como por ejemplo la radioterapia para un cáncer de próstata.
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