El bótox, un tratamiento efectivo para los pacientes con bruxismo

El bruxismo es un trastorno muy frecuente que se produce cuando el paciente aprieta los dientes, los rechina o aumenta el tono de los músculos de la masticación. Puede tener lugar durante el día (bruxismo diurno o de vigilia) o por la noche (bruxismo nocturno).

Para tratar el bruxismo, además de las férulas de descarga, se ha desarrollado un tratamiento con bótox que está mostrando excelentes resultados. En este artículo analizamos su eficacia y explicamos cómo funciona.

¿Bótox para bruxismo?

El bruxismo se caracteriza por movimientos involuntarios de los músculos de la masticación. No solo se produce durante el sueño, sino también de día. De hecho, los pacientes con bruxismo diurno pasan más horas apretando, empujando la mandíbula o simplemente con tensión muscular.

El bruxismo produce una sobrecarga de los músculos y las articulaciones y puede generar dolores de cabeza (cefaleas tensionales), de cuello o de oído (pitidos, taponamiento). En algunos casos, puede provocar dolores crónicos y trastornos temporomandibulares. Además, el bruxismo produce un acusado desgaste dental, que puede tener consecuencias desde el punto de vista funcional y estético.

Por ello, para tratar el bruxismo es esencial reducir la acción y la fuerza de los movimientos involuntarios, pero sin limitar los que sí son voluntarios (masticación, deglución, fonación).

El bótox, por su parte, es una toxina botulínica que bloquea la transmisión de los estímulos de las neuronas a los músculos. Como resultado, los músculos no reciben el mensaje del cerebro, lo que provoca una disminución de las contracciones de los músculos sobre los que se aplica.

Por ello, el bótox ha demostrado ser muy efectivo a la hora de disminuir la fuerza que se hace durante los episodios de bruxismo. Y, a la vez, permite que el paciente pueda masticar y realizar una vida normal. Por tanto, es una terapia segura, indolora y muy poco invasiva, que permite mejorar la calidad de vida de las personas con bruxismo.

¿Cómo se realiza el procedimiento?

Vamos a detallar el proceso que se sigue para tratar el bruxismo con bótox. Cabe destacar que algunas variables (número de unidades de bótox, tiempo de espera entre sesiones, etc.) pueden ser diferentes entre pacientes. Todo depende, como siempre, del caso particular y de la opinión del profesional que realiza el tratamiento.

Este sería el proceso más común:

  • Administración de anestesia
    No suele ser necesario aplicar anestésicos para realizar las infiltraciones con bótox, ya que es un tratamiento prácticamente indoloro. En algunos casos se puede colocar anestesia local tópica para dormir levemente la zona antes de la sesión.

  • Inyección de bótox
    Se inyecta bótox en las zonas más afectadas y responsables del bruxismo. El número de unidades de bótox oscila según cada paciente, y los casos más graves o avanzados pueden requerir más unidades.

  • Relajación del músculo
    Tras haber concluido el procedimiento, hay que esperar unos 2-3 días para que el bótox actúe sobre la musculatura y los resultados comiencen a notarse. Unos 15 días después, el paciente puede notar una gran relajación en toda la cara.

¿Dónde se aplica el bótox para el bruxismo?

El bótox se aplica a través de inyecciones en lugares estratégicos de los músculos masetero y temporal. De esta forma, solo se tratan los músculos que intervienen en la movilidad mandibular. Como resultado, se disminuye la fuerza de los movimientos involuntarios, especialmente aquellos que se producen con más vigor.

Esta relajación de los movimientos afecta también a la articulación temporomandibular (ATM), que es la mayor perjudicada por el bruxismo, disminuyendo la sobrecarga que le produce el apretamiento continuo.

botox

¿Cuánto dura el tratamiento?

La duración de los efectos del tratamiento del bruxismo con bótox varía en cada paciente. En general, suele durar entre 6 meses y 1 año. Sin embargo, si el tratamiento con bótox se acompaña con las medidas comunes de tratamiento del bruxismo y de los trastornos termporomandibulares (ejercicios, fisioterapia, férula) se consigue disminuir los síntomas durante más tiempo.

Pasado ese tiempo, si las molestias vuelven a aparecer progresivamente, es posible repetir el tratamiento, por lo que es esencial no resignarse y pedir una nueva valoración profesional.